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La Noche de la Botellona 1

Sinceramente no tenía ni idea que hacia montada en el autobús a las once de la noche para acudir a una botellona donde no conocía a nadie. Mi amiga había estado insistiendo en que tenía que salir, despejarme y dejar de pensar en esos problemas que no tenían solución. En cierto modo me apetecía salir, pero no de esa manera, de todas formas ya no había solución, ya estábamos llegando.

En el camino para encontrarnos con su amigo el tema de conversación fue “los ex” un tema muy poco apropiado para mi situación pero en fin… El propósito de esa noche era ligar, o al menos eso decíamos por el camino con el cachondeo. Al llegar al sitio acordado su amigo se retraso más de lo normal, pero al final llego. Mientras llegaba la hora de la quedada con los demás nos fuimos a un McDonald y a dar una vuelta.

El chico llamado José Carlos empezó a comentarnos con quienes habíamos quedado, de los cuales uno de ello no sabía con seguridad si iba a asistir, que fue con el que estuvo mandándose sms durante todo el rato, o al menos eso parecía. Poco después de dar la vuelta nos encontramos con algunos de los que iban a la botella, así que ya nos fuimos todos al lugar acordado.

Ya eran las dos de la mañana largas cuando supuestamente empezó todo. Los cubatas empezaron a rodar por el lugar y la gente a conversar, y nosotras? Si no conocíamos ni a Cristo?  Las dos estábamos fuera de lugar totalmente. Ni mi amiga hablaba con José, y eso que había sido ella la que había quedado. Solo nos quedaba escuchar las anécdota de algunos y afirmar como si nos interesara algo.  Al ver el ambiente y la gente que nos acompañaba estaba muy segura que se me iba a hacer una noche muy larga.

Al ratillo de estar allí nos comenta José que su amigo (ese que no sabía si iba a venir) estaba algo perdido y que no encontraba el lugar, nos pidió que le acompañáramos a buscarle. Mi amiga me miro con cara de “¿Qué hacemos?” Y yo en esos momentos prefería ir a buscar a cualquiera antes de seguir un minuto más allí aburrida, Así que nos fuimos con él.

Llegamos a una calle principal (sinceramente era de noche y no tenía ni idea de donde estábamos) José empezó a hablar con su amigo por teléfono intentando da indicaciones

-Pregúntale si asistió al salón del manga de Sevilla, estamos justo ahí.

Era la único que yo recordaba del lugar y porque mi amiga me lo había comentado unos minutos antes.

-Que va, no da con el lugar, voy a buscarle, quedaros aquí- y se larga dejándonos allí solas.

Nos sentamos al lado de una farola a esperar mientras nos partimos el culo de risa, probablemente por el efecto de los cubatas y el puro aburrimiento.

Continuara...

Domingo 12 de Septiembre del 2010.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ese era yo que no en un principio no tenía ganas de ir i no sabia si ir o no, pero después de unos cubatitas con mis colegas me anime y fui.
Y lo de no encontrarnos a la primera era porque Jose Carlos tiene la vista y la orientación en el culo, y nos izo dar vueltas como tontos por sus instrucciones.
Continuara..... jajaja